El carpintero
Quince años atrás aumentamos un piso a la casa para mi oficina. El carpintero que contraté para hacer la escalera curvada para subir cuatro metros al cuarto, vino y comenzó su trabajo con sus herramientas manuales, logrando poco progreso. Hablé con él y le presté mi cierre eléctrico, lijadora eléctrica y compresor con soplete para el barniz. Al final, terminó el trabajo en menos de la mitad del tiempo prometido y una calidad de trabajo extraordinaria. Él tomó la decisión de invertir el dinero que recibió del trabajo para comprar herramientas eléctricas en lugar de gastarlo en fiestas o bebida. Terminó con una vida mucho más fácil y agradable, haciendo obras muy buenas y reconocidas, contratando y enseñando ayudantes. Su inversión en tecnología le dio una buena vida. Hoy tiene un buen taller y es muy respetado.

El mecánico
En los EEUU, la mayoría de los trabajos de reparación de vehículos es pagado por trabajo. Hay cálculos que dictan cuanto debería tardar la reparación de cada pieza o procedimiento. Los talleres cobran por esta tarifa y pagan su porcentaje al mecánico para hacer el trabajo. Si lo hace en la mitad del tiempo, termina haciendo más reparaciones en sus 8 horas y gana el doble. Por eso compra todas las nuevas herramientas y siempre se actualiza. Mientras nosotros peleamos 3 horas para sacar un perno, él tiene la llave diseñada para ese propósito. Si el mecánico no tiene las herramientas o el conocimiento, tarda más que la norma, y gana menos. Cada uno tiene que considerar cuánto vale la educación y las herramientas.

Alimentos
Últimamente se ve varias acusaciones de alimentos plásticos de ciertos países y hasta videos de cómo hacer lechuga plástica. En este momento hay investigaciones de arroz plástico. Volvemos al famoso refrán: “¿Si es demasiado barato, es por algo?” ¿Cuánto vale su salud?

Pero si los alimentos son buenos, las selecciones son personales de acuerdo a gustos. Nos enseñan en el colegio cuantas calorías debemos consumir, como debe ser una dieta balanceada, combinando proteínas, hierro, calcio, vegetales, carbohidratos, etc. Tomamos decisiones basadas en cuanto retenemos de esa información y nuestros gustos. Cuando nos encontramos en una cena muy rica, evaluamos cuanto nos vale repetir la comida contra el costo de sentir lleno y letárgico. Evaluamos el “beneficio” o gusto de seguir tomando bebidas alcohólicas contra la cantidad de policías que nos pueden encontrar en el camino de vuelta a la casa, la gente que podríamos herir, o como nos sentiremos al otro día. A veces estas decisiones son inconscientes, pero las tomamos.

Variables
Pero en algunos casos, los valores son personales. ¿La comodidad de un Taxi vale más que el ahorro que se obtiene trasladándose por bus? Esa es una decisión personal. Después viene la diferencia entre el taxi y el auto personal. Y después la diferencia entre el auto personal barato y el de último modelo, de opciones básicas o de lujo, con bolsas de aire o no. Etc., etc. Por lo que cada persona tiene diferentes prioridades, hay todo tipo de transporte.

En la selección de un teléfono celular, cada persona tiene sus gustos y su presupuesto. Todos los que están en el mercado hacen llamadas telefónicas. Hay gente que solo quiere hacer eso. Hay gente que quiere personalizarlos, jugando con memorias y programas no-comprobados, mientras otros quieren uno que tenga todas las funcionas y nunca tiene que pensar en una incompatibilidad entre las aplicaciones y el sistema operativo. Algunos quieren total compatibilidad con su computadora, wi-fi, nube, etc., mientras otros no tienen nada de eso para coordinar. Estas son preferencias. La selección de uno sobre el otro no afecta más que a la persona que los compra y en algún caso, a su productividad.

Una vez pregunté a un amigo por qué seguía fumando cuando sabe que el cigarro daña a la salud. Me contestó que todos tenemos que morir algún día de algo. Que le gustaba el hábito y que, si moría de eso, así era el destino. Había considerado la relación de costo contra el beneficio y tomó la decisión de que valía más fumar, que vivir.

Mantenimiento
En nuestro rubro de mantenimiento, tenemos muchas oportunidades de evaluar el costo-beneficio de los productos y servicios que compramos.

Poco tiempo atrás me encontré con un cliente antiguo en uno de nuestros locales. Me comentó que la mejor decisión que había hecho en su vida era escuchar mis recomendaciones 14 años atrás y traer su taxi a nuestro local para usar aceite American, buenos filtros, y buenas recomendaciones de mantenimiento. Con sus ahorros había comprado otro taxi y contratado un chofer. Con las ganancias de los dos, compró el próximo auto y contrató a otro chofer. Así que ahora, ya con más de setenta años, el señor se jubiló de taxista. Tiene cuatro taxis, cuatro choferes, y un auto de paseo. Catorce años atrás había evaluado el costo-beneficio y tomó la decisión de cambiar su rutina y sus prácticas tradicionales. Ahora continúa recibiendo los beneficios.

Decisiones empresariales
Vemos con mucha curiosidad las decisiones de algunos concesionarios de nuestra región de utilizar aceites SAE 10W-40 en todos los autos que venden cuando los fabricantes piden 5W-20

o 5W-30 (o menos). Efectivamente el auto llegará a los kilómetros de recorrido de la garantía, si este aceite es certificado, pero no llegará a una buena vida útil. Es nuestro dinero que están gastando en las reparaciones que tendremos que hacer a los 200.000 km o tal vez antes. También llama la atención que usan aceites de tecnología antigua y obsoleta en transmisiones y diferenciales.

Cuando pregunto ¿por qué?, las respuestas varían entre: Da lo mismo; es muy complicado mantener inventario de muchos aceites; siempre hemos hecho esto y no tenemos problemas; el cliente no acepta menos viscosidad; o algo así. Aprovechan la inocencia de los clientes y hacen lo más fácil.

Si “da lo mismo”, ¿por qué será que los fabricantes invierten millones de dólares en desarrollo de tecnologías de materiales y lubricantes? ¿Por qué publican sus recomendaciones? Si “da lo mismo”, ¿por qué podemos ir más de medio millón de kilómetros con un 10W-30 en motores de 15 años atrás y no podemos pasar de 200.000 kilómetros con 20W-50 en la vida real?

Decisiones personales de mantenimiento
Cuando compramos un auto tenemos que decidir (conscientemente o inconscientemente), como lo vamos a cuidar. Cuánto vale para nosotros ese auto. ¿Cuál es el costo-beneficio para nosotros de mantenerlo como nuevo? Podemos sacarlo del concesionario y manejarlo un año, cambiando por otro sin hacer nada. Si nos limitamos a 15.000 o 20.000 km, el auto llegará al año sin hacerle nada, pero el valor que nos ofrece será mucho más bajo de lo que hubiera sido si lustrábamos, cambiábamos aceites a tiempo, rotábamos los neumáticos, etc. O sea, eso es el costo de no hacer nada. Si lustramos, usamos buenos aceites y filtros, etc., el valor será mucho más. Tuve un auto nuevo una vez que vendí después de un solo año (cuando mi trabajo me dio uno). Bien lustrado y limpio, funcionando a la perfección, con neumáticos en buen estado por sus km, lo vendí por más de lo que me había costado – aunque tenía 29.000 km de recorrido. Y todo el mantenimiento hice en casa con buenos productos. He debido gastar unos $100 en aceites, filtros, champo, cera, etc. Cuando saque del concesionario tome la posición que gastaría en buen mantenimiento para mantener su valor.

Manejando por las calles frecuentemente encontramos letreros anunciando cambios de aceite a $us 1 por litro. Para los que entendemos el costo de la reparación del motor con el uso de esos aceites es difícil entender que otros entran para realizar sus cambios. Reciben el aceite usado de otros autos, tal vez filtrado, tal vez no. Creen que encontraron la maravilla y que aceite es aceite. Tal vez sin querer tomaron la decisión de gastar poco para poco (o ningún) beneficio. Tomaron la decisión que el mantenimiento no vale mucho y que la vida del auto tampoco.